El estilo escandinavo (o nórdico) destaca por incorporar el carácter y paisaje propio de los países nórdicos de donde es originario.
Propio de países como Dinamarca, Noruega, Finlandia y Suecia, el estilo escandinavo es altamente preciado por su pureza, limpieza y luminosidad, gracias en parte al uso de tonalidades blancas o pálidas y a grandes ventanales.
1.- Utiliza colores claros.
El uso de colores claros como son el blanco o una variante de esto de una o dos tonalidades más como son el blanco, celeste, beige, gris o crema predomina en el estilo escandinavo, lo que sin duda da una sensación de mayor luminosidad.
2.- Saca el máximo partido a la luz natural.
Dadas las pocas horas de luz que se da en los países nórdicos, especialmente en invierno, las grandes cristaleras y ventanas son muy características del estilo escandinavo con la finalidad de poder aprovechar esa escasa luz natural.
3.- Coloca muebles al más puro estilo escandinavos.
Los muebles de estilo escandinavo tienen formas horizontales con líneas rectas y puras combinadas con curvas suaves, prevaleciendo en el mobiliario siempre un toque minimalista.
4.- Los complementos decorativos han de ser sencillos.
Dada la frialdad del clima en los entornos de los que es originario el estilo nórdico, abundan los textiles, dando un toque más cálido así al hogar. Las plantas y cuadros darán un toque de mayor vitalidad y alegría a la decoración de estos espacios.
5.- Techos altos y paredes espaciosas.
Además de las ventanas amplias antes mencionadas, el estilo escandinavo adopta preferentemente paredes espaciosas y techos altos en una clara apuesta por la funcionalidad.