Aunque nos cueste creerlo hay vida más allá del blanco, siendo un poco extremistas, con sus opuestos podemos conseguir un hogar igual de cálido, bonito y confortable.
¿Por qué decorar con tonos oscuros?
Transmiten elegancia, modernidad, sobriedad y sensación de profundidad
A la hora de elegir entre tonos oscuros podemos decantarnos por aquellos que dan sensacion de frio o aquellos que aportan calidez
Podemos destacar colores como:
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Amastista: Intenso tono morado, vivo y seductor
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Gris tormenta: Usar el gris oscuro nos da un espacio de lujo y vanguardista.
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Rojo intenso: Vital, enérgico, da calor y fuerza al ambiente.
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Verde azulado: Da mucha tranquilidad por lo que podemos usarlo practicamente en toda la casa.
¿Dónde escogeremos estas tonalidades?
Para responder a esta cuestión tenemos que tener en cuenta:
La luz: En zonas donde la luz natural sea abundante.
Las dimensiones: Cuanto mas amplio sea el lugar menos cargado será el ambiente.
El contraste: El objetivo de estos colores es disminuir la amplitud o dar profundidad. Para ello necesitaremos el contraste con colores opuestos como el blanco.
Las paredes son una buena forma de incluir tonos oscuros, para evitar “encoger” la habitación es conveniente mantener techo y suelo blanco.
Una alfombra en tono oscuro realza y mejora la decoración.
El mobiliario oscuro crea un punto sofisticado. Un sofá, una mesa o una cabecera de una cama son ideales para aportar esta sensación.
Si decidimos usarlo en el baño debemos de contrastarlo con buena iluminación y espejos. Además estos tonos oscuros combinan muy bien con la madera.
Si lo usamos en el dormitorio jamás podremos recargarlo con muchos elementos accesorios o de estilo barroco, tampoco es recomendable en dormitorios muy pequeños. Incluso podemos usar colores oscuros en dormitorios juveniles, pero eso sí combinados con colores divertidos que transmitan optimismo y diversión como puede ser el rojo, naranja, rosa…